sábado, 15 de enero de 2011

" Engranajes Gélidos"

Un frío gélido azota mi ser. Dentro de mi el hinvierno ya ha comenzado, mis pensamientos se ven disuadidos por un viento cortante.
Todo se congela... Mi sangre deviene fría y la siento helarse bajo mi fina piel.
Todo mi carácter se metamorfosea y se transforma en frío, abúlico y extremadamente duro, tanto que aveces soy incapaz de sentir nada.
Ese manifiesto incontrolable hace que  los ojos se me empañen de lágrimas. Lágrimas que caen, pero que a su vez se transforman en copos de nieve,  los cuales son mas ligeros que el aire. ¡ BLANCO ! ¡ BLANCO! ¡ BLANCO ! .
Explosiones sordas, que se suceden a cada vez que estos entran en contacto con el suelo.
Fuera, en el exterior de mi gélida fortaleza, el frío irradiado por ésta , es tan intenso que hasta los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer contra el suelo.
Paradojicamente y, hasta se podría decir que ironicamente, el sonido que emiten al fallecer es dulce a pesar que se trate del ruido de la muerte.
Pronto la cadencia de ésta congelación va en aumento, lo que provoca que mi corazón se entumezca. Transformandolo así en una humilde e insensible roca.
Pese a este parecido duro y fuerte, mi corazón se ve expuesto a la fragilidad del cristal de Murano.

Allí es cuando entra en juego la amistad.
Una operación delicada, pero como si de los engranajes de un reloj de cuco se tratase. Basta con tocar mi interior con la llema de los dedos, una simple caricia es suficiente.
Solo la sensación de apoyo aveces basta para hacer resurgir a una persona de sus cenizas.

"Cada persona tiene unos engranajes diferentes, y hay que tener el valor y la erudición suficientes para conectarlos correctamente."

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